Marco Teórico
3.2. Rol del Profesor En el estudio previamente comentado, el profesorado en relación a la autoestima, puntuaron en el tercer lugar (Harter, 1996). En el mismo sentido, la investigación de Bru et al. (2000)[9] concluyen que una relación positiva entre alumnado y docentes reduce los problemas de comportamiento en el aula, así como también aumenta el nivel de concentración académica del estudiante. Birch y Ladd (1996)[10] propusieron tres rasgos distintos de la relación alumno-profesor que son particularmente importantes para los niños pequeños: cercanía, dependencia y conflictividad. La cercanía se refleja en el grado de calidez y comunicación abierta que se manifiesta entre el profesorado y alumnado; puede funcionar como un apoyo, en tanto el alumnado se sienta cómodo acercándose al docente para hablar de sus sentimientos y experiencias. Esta cercanía puede facilitar los afectos y actitudes positivas hacia el colegio, los docentes que apoyan a los estudiantes pueden incrementar la motivación y la implicación hacia las actividades escolares y de esta manera pueden alentar el aprendizaje y éxito escolar. La dependencia puede ser entendida como una relación que interfiere con el éxito en el ajuste escolar del niño. En términos óptimos, en una relación de apoyo “la cercanía” debería incrementarse y la “dependencia” disminuir en el tiempo. Los niños y niñas muy dependientes pueden resultan tímidos en la exploración del ambiente escolar, pueden sentirse menos motivados a explorar los alrededores u otros entornos sociales; los niños y niñas con altos niveles de dependencia pueden mostrar sentimientos negativos hacia el colegio como es el rechazo escolar, y ansiedad. La relación conflictiva entre alumnado-profesorado funciona como un estresor para todos y puede impedir el ajuste exitoso a la escuela. Las relaciones conflictivas son conceptualizadas como interacciones discordantes y la falta de compenetración o entendimiento entre el docente y el estudiante puede derivar en que algunos de ellos se desvinculen o desmotiven (poco compromiso con la escuela) además de desarrollar actitudes negativas hacia el colegio. Wentzel [11] , tratando de encontrar qué entienden los estudiantes por un docente “apoyador”, examinó una muestra de estudiantes. Les pidió que escribieran tres cosas que el profesorado hace para mostrar que les importan, y tres para mostrar que no les importan. Las respuestas fueron categorizadas en cuatro dimensiones: relaciones democráticas, reconocimiento de las diferencias individuales (sociales y académicas), altas expectativas de logro, alentar positivamente y recibir feed-back (retroalimentación) Cuando el profesorado mostraba explícitamente en el aula estos comportamientos, eran percibidos como que se interesaban por el alumnado; por el contrario, cuando se percibían comportamientos valorados en la dirección contraria, es decir, relaciones autoritarias y con falta de respeto, tratarlos a todos por igual, esperar bajos resultados, y y recibir respuestas negativas, son percibidas como de falta de interés por ellos, por lo que las relaciones se tornan bastante conflictivas. Por otra parte, Wentzel señaló la importancia de desarrollar actividades con objetivos sociales dado que hay evidencia de que está relacionado con mejor ajuste escolar. Hay datos que sugieren que la búsqueda de objetivos pro-sociales o de responsabilidad social por parte del alumnado, se relaciona con sus niveles de aceptación de parte de iguales y profesorado. Igualmente, los estudios señalan que intentar comportarse de manera prosocial y responsable se relaciona consistentemente con el rendimiento y la motivación académica; y los estudiantes más implicados son los más exitosos de la escuela. Sin embargo, la investigación sobre los procesos del aula y su relación con el desarrollo de habilidades prosociales y comportamiento social responsable no ha sido muy extensa. No obstante, y desde hace tiempo, en todos los Sistemas Educativos Occidentales el desarrollo de habilidades sociales integrales ha sido una función primaria dentro del proceso escolar. Wentzel trató de explorar de qué forma la búsqueda de objetivos prosociales y de responsabilidad social se relacionaba con las relaciones interpersonales y el apoyo de profesorado e iguales. Observó que los sentimientos del alumnado de sentir ayuda y cooperación, y el seguir las reglas de la clase, estaban relacionados con el apoyo social percibido por parte de iguales y profesorado. Los resultados fueron muy consistentes. Mayor percepción de ayuda social, más sentimientos de cooperación, más seguimiento de reglas de clase, e igualmente mayor probabilidad de plantearse objetivos prosociales para con los demás, lo cual se relacionará con mejor rendimiento, mejor percepción y éxito escolar.
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